The Scribe's Portion

Orgullo: El Pecado Que Lo Destruye Todo

· Estudio Bíblico Sobre El Pecado Que Dios Mas Odia ·

July 7, 2022 0 Comments

El orgullo es la madre de todos los pecados, es un pecado que lo llevan a otros pecados. Fue por orgullo que Satanás lideró una rebelión celestial contra Dios. El orgullo se convirtió entonces en la caída de la humanidad en el Jardín del Edén. Fue el orgullo lo que hizo que Caín matara a Abel y motivó la construcción de Babel. Millones han muerto a causa del orgullo de los líderes hambrientos de poder causando que millones más sufran terribles peligros.

 No sorprende que el orgullo sea un pecado que Dios odia y un pecado que odia a Dios. Porque el orgullo y el amor no van de la mano, son polos opuestos. Sin embargo, el orgullo es un pecado con el que todos luchamos en diferentes niveles. Algunos son más humildes que otros pero el orgullo nunca escapa de sus manos. Por naturaleza, los humanos no son humildes. Queremos ser reconocidos, buscamos ser más grandes, defendemos nuestra dignidad y en algún momento sonreímos ante un cumplido. 

El orgullo es sutil, te asalta, otras veces lo buscas y lo abrazas. Y si crees que nunca has caído presa del orgullo, sigue leyendo, te sorprenderás.

Orgullo: El pecado Que Dios Odia

La Biblia habla mucho sobre el orgullo. Las Escrituras están llenas de historias y parábolas sobre el orgullo. Y no es de extrañar que el SEÑOR aborrece la soberbia ( Proverbios 6:16-17) y la mira de lejos ( Salmo 138:2). 

La Biblia se refiere al orgullo con varios nombres: exaltación propia, altivez, engreído, presunción, arrogancia y jactancia. El orgullo tiene muchas caras, adopta diferentes formas y a veces no somos conscientes de ello en nuestro corazón. Pero todos luchamos con el de una forma u otra. Personalmente, he luchado con el orgullo toda mi vida y he vivido las consecuencias de ello; he aprendido a odiarlo porque ha arruinado muchas cosas maravillosas. Me he dado cuenta de que el orgullo destruye todo, incluyendo mi paz. Estoy segura de que tú también has tenido tus propias batallas con el orgullo.

Y aunque lo odiemos, el orgullo no es tan fácil de eliminar y no podemos hacerlo por nuestra cuenta. El orgullo se ramifica a muchos otros pecados que hacen que nos alejemos de Dios. Así que tenemos que tomárnoslo muy en serio. Y necesitamos reconocer nuestra necesidad de Cristo para combatir y matar el orgullo en nuestros corazones. Lo único que logramos al esforzarnos en nuestra propia fuerza por vencer el orgullo es la modificación del comportamiento. E incluso eso es orgullo. El orgullo es un problema interno con raíces profundas en nuestros corazones. Sólo el Señor puede arrancarlo desde la raíz.

Esto es lo que las Escrituras dice sobre el orgullo:

Proverbios 16:5

“Abominación es a Jehová todo altivo de corazón; ciertamente no quedará impune.”

Proverbios 16:18-19

“Antes del quebrantamiento es la soberbia, y antes de la caída la altivez de espíritu. Mejor es humillar el espíritu con los humildes que repartir despojos con los soberbios.”

Salmo 10:4

“El malo, por la altivez de su rostro, no busca a Dios; no hay Dios en ninguno de sus pensamientos.”

Salmo 73:6

“Por tanto, la soberbia los corona; se cubren de vestido de violencia.”

Proverbios 8:13

“El temor de Jehová es aborrecer el mal; la soberbia y la arrogancia, el mal camino, y la boca perversa, aborrezco.”

Está muy claro que el Señor no tolera el orgullo y nosotros tampoco deberíamos. Tiene muchas repercusiones; muchos incluso lo han perdido todo. El orgullo es como agarrarse con fuerza a una cuchilla, nos corta pero no queremos soltarla.

El orgullo Destruye Tu Vida Espiritual

Como dije anteriormente, el orgullo construye un abismo entre la persona y Dios. Tomemos a Adán y Eva por ejemplo. Satanás sabía lo bien que funcionaría el orgullo en el corazón humano. Ese sentido de autonomía, ese sentido de importancia y valor carnal. “Puedes ser como Dios”, le dijo a Eva. Sus ojos se abrieron incluso antes de que tomara la fruta. ¿Cuál fue el resultado? El destierro eterno del Jardín del Edén y separación de la Presencia de Dios (Génesis 3:4-6).

Dios odia la soberbia, mira de lejos al orgulloso ( Salmo 138:6). Pero la humildad nos acerca a Él.

El orgullo es muy problemático, pero quizás el peor problema que crea son las consecuencias espirituales que fomenta. Impide a la persona crecer espiritualmente, la aparta de la comunión con el Padre Celestial. El orgullo no te permitirá escuchar la voz de Dios lo que puede resultar muy estorboso en el camino de la fe.  Una persona espiritualmente orgullosa nunca aceptará sus errores y rechazará todas las reprensiones y amonestaciones de aquellos que solo le desean el bien. Ignorará las convicciones del Espíritu Santo si eso significa que necesita disculparse o humillarse de alguna manera. A la persona orgullosa no le gusta que le sermoneen porque piensa que lo sabe todo y no necesita que nadie le diga algo que ya sabe ( 1 Corintios 8:2). Pero en realidad, sabe que está equivocado pero el orgullo no le permite hacer los cambios necesarios. 

Sin embargo, la soberbia os rebajará, os humillará, os avergonzará. El Señor permite que esto suceda para recordarte que solo eres polvo. Ahora, no estoy diciendo que el Señor quiera hacerte sentir inútil, no entremos en extremos. Pero todo y todos los que buscan exaltarse a sí mismos serán abatidos.

Job 40:12

“Mira a todo soberbio, y humíllalo, y quebranta a los impíos en su sitio.”

Proverbios 29:23

“La soberbia del hombre le abate; pero al humilde de espíritu sustenta la honra.”

Isaías 26:5

“Porque derribó a los que moraban en lugar sublime; humilló a la ciudad exaltada, la humilló hasta la tierra, la derribó hasta el polvo.”

Abdías 4

“Si te remontares como águila, y aunque entre las estrellas pusieres tu nido, de ahí te derribaré, dice Jehová.”

El orgullo lleva a la destrucción y finalmente a la muerte eterna. Como todos los caminos del pecado conducen al infierno, el orgullo lleva el alma al lugar donde no hay retorno.

Malaquías 4:1

“Porque he aquí, viene el día ardiente como un horno, y todos los soberbios y todos los que hacen maldad serán estopa; aquel día que vendrá los abrasará, ha dicho Jehová de los ejércitos, y no les dejará ni raíz ni rama.”

No hace falta decir que la destrucción es el final de la arrogancia y trae vergüenza en el proceso. Hay un chiste que lo destaca perfectamente.

Un sacerdote, un médico, un político, un científico y un niño viajaban en un avión. Cuando de repente el motor del avión empezó a fallar. El piloto trató desesperadamente de solucionar el problema sin éxito. Les dijo a sus pasajeros que tomaran cada uno un paracaídas y saltaran porque el avión se iba a estrellar. Así que el piloto tomó un paracaídas y saltó. El problema era que solo quedaban 4 paracaídas. El político rápidamente tomó un paracaídas y dijo: “Soy un hombre importante, trabajo para hacer leyes importantes, por eso la gente me necesita”, y saltó del avión. El médico tomó el segundo paracaídas y dijo: “Tengo un trabajo importante, salvo las vidas de la gente, así que la gente me necesita”, y saltó del avión. El científico tomó el tercer paracaídas y dijo: “Soy uno de los hombres más inteligentes del mundo, la gente necesita hombres inteligentes como yo, ” y saltó del avión. Entonces el sacerdote se volvió hacia el niño y le dijo: “Soy viejo, he vivido una vida plena, pero tú eres joven y todavía tienes una larga vida por delante. Tú toma el último paracaídas.” El niño lo miró  y dijo: “No te preocupes. El hombre más inteligente del mundo tomó mi mochila.”

Si bien podemos reírnos del chiste, nos damos cuenta de que el orgullo no te permitirá ver con claridad.

Es como el científico que fue cegado por su propia arrogancia y tomó el paracaídas equivocado. Su orgullo fue su muerte.

El Orgullo Obstaculiza El Crecimiento

La arrogancia estanca tu crecimiento espiritual y personal. El orgullo impide que una persona tenga una actitud dócil que es esencial para el crecimiento. La humildad es necesaria para el crecimiento, hay que admitir la ignorancia y estar dispuesto a ser enseñado para poder crecer. Ambas están ausentes en una persona con disposición orgullosa. El orgullo no permite que una persona admita y acepte ayuda cuando está batallando, lo que le impide aprender. 

El orgullo en la vida cristiana impide que el cristiano aprenda de sus errores, nunca admitirá cuando se equivoque. Esto le impide llegar a ser como Cristo y acercarse a Dios. 

Todos luchamos con el orgullo en diferentes puntos y en diferentes niveles, pero hasta que no nos deshagamos de él, nunca creceremos. Tu deseo de ser más como Cristo tiene que ser mayor que tu amor por el orgullo. Y déjame decirte que a veces será difícil. Pero no podemos eliminar el orgullo de nuestros corazones por cuenta propia. Eso es algo que el Señor tiene que hacer y será un proceso de por vida. Necesitamos arrepentirnos del orgullo en nuestros corazones y dejarla de forma permanente.

En mis 27 años de vida, no he conocido a una sola persona que estuviera completamente limpia de orgullo. Pero he conocido a muchas personas que son menos orgullosas de lo que eran antes. 

El orgullo impide el crecimiento, pero crecemos en nuestro proceso para ser limpiados de él. La humildad es el primer paso.

El Orgullo Destruye Las Relaciones

El orgullo no solo afecta al individuo sino también a quienes lo rodean. Y si no se controla, puede causar un daño considerable a las relaciones. En las relaciones románticas en las que ambas personas son demasiado orgullosas para admitir sus errores es como un barril de pólvora, explotará a la menor provocación. El orgullo decae y mata el amor, hace que la persona afectada se enfríe. Hace que la otra persona se pregunte si ama a su orgullo más que a ella. 

La respuesta característica de una persona orgullosa cuando ha cometido un error es “Bueno, soy humano, nadie es perfecto.” Prefieren decir eso que admitir su error y disculparse. Para ellos, admitir que están equivocados es humillante. El orgullo no puede distinguir entre la humildad y la humillación. Puedes ser humilde sin humillarte a ti mismo. Pedir disculpas no quita tu dignidad, revela tu honor.  

El orgullo mata las amistades. Innumerables son las amistades que han terminado por culpa del orgullo. A nadie le gusta andar por ahí, y mucho menos tener compañerismo con alguien que es demasiado orgulloso. Es desagradable estar cerca de una persona que nunca admite errores, nunca se disculpa, es arrogante, fanfarronea, entre otras cosas. 

Las personas orgullosas también tienden a ofenderse con mucha facilidad. Piensan que la gente siempre está dispuesta a atacarlos. Incluso una pequeña broma o comentario inocente provocará una respuesta de enojo. Esto también provoca rupturas en las relaciones. 

Una persona orgullosa termina sola.

Orgullo: El Pecado Que Paga Tributo a Si Mismo

La arrogancia parece ser la mejor compañera de la sociedad, especialmente en los países occidentales. Comenzamos a hacerlo temprano en nuestras vidas. ¿Recuerdas cuando los profesores aplaudían el trabajo bien hecho? No sé en otros países, pero aquí en los Estados Unidos, los maestros ponen un GRAN énfasis en los elogios y las recompensas. Los estudiantes son tratados como vidrio frágil; los adultos tienen miedo de destrozar su autoestima. Puedo entender querer animar a los estudiantes a hacer lo mejor, pero hay otras formas de hacerlo. 

La gente está obsesionada con la autoestima. No digo que no debas tener autoestima o dignidad, pero la gente lo usa como una brújula. Y eso es muy malo porque en exceso genera orgullo. 

La arrogancia hace que una persona piense demasiado de sí misma. Hace que las personas confíen en sus talentos, habilidades e inteligencia. La independencia es buena pero cuando te lleva a abandonar completamente a Dios entonces es pecado. Es más, la arrogancia revela tu estupidez y la destaca para que todo el mundo la vea.

Romanos 1:22

“Profesando ser sabios, se hicieron necios”

La arrogancia también se manifiesta a través de la vanidad. Mira cómo las modelos dependen de su apariencia y belleza para ganarse la vida. Tienen que ser vanidosos y hay algo de arrogancia en eso. 

Luego está el intelectual con varios doctorados que se enorgullece de sus logros e inteligencia. 

El atleta de clase mundial con 20 medallas y trofeos. 

O el ateo que se cree demasiado listo para creer en Dios. 

¿Qué pasa con el político seguro de sí mismo que ha ganado las elecciones?

El éxito es bueno, pero cuando se nos sube a la cabeza y toda la gloria es para la Criatura y no para el Creador, entonces tenemos un problema. En pocas palabras, el orgullo es auto-idolatría. Cuando somos soberbios cometemos 2 ofensas: soberbia e idolatría. 

Gálatas 6:3

“Porque el que se cree ser algo, no siendo nada, a sí mismo se engaña.”

Proverbios 3:7

“No seas sabio en tu propia opinión: teme a  Jehová , y apártate del mal.”

Isaías 5:21

“¡Ay de los sabios en sus propios ojos, y de los que son prudentes delante de sí mismos!”

Proverbios 21:4

“Altivez de ojos, y orgullo de corazón, y pensamiento de impíos, son pecado.”

El orgullo menosprecia a los demás, hace suposiciones para sentirse mejor de sí mismo, pero sigue siendo miserable.

El Orgullo Revela Tus Inseguridades

La sorprendente verdad sobre el orgullo es que en realidad es una respuesta a las inseguridades . Sé que esto suena como un oxímoron, pero piénsalo. El orgullo es la autodefensa contra la inseguridad. Creo que en el fondo, todos conocemos nuestras deficiencias. 

Tenemos 2 opciones: 

1. Podemos reconocerlas y hacer algo al respecto (arrepentirnos y apartarnos de ellas), o 

2. Podemos engañarnos a nosotros mismos y usar el orgullo para encubrirlas. 

El orgullo no te permitirá admitir tus debilidades. 

Es mucho trabajo vivir con orgullo. El orgullo le dice a Dios: “Déjame en paz, puedo hacer esto por mi cuenta”. Devuélveme mi carga, quiero llevarla aunque sea demasiado pesada”. 

La humildad dice: “Dios, aquí están mis faltas, aquí están mis problemas, te las doy. Quítame esta carga, no puedo hacer esto por mi cuenta”. 

¿Quién tiene más paz y libertad?

Al tratar de ser libre e independiente, la persona orgullosa hace lo contrario y se encadena a sí misma como esclava del pecado. Hay mucho que perder con el orgullo y mucho que ganar con la humildad.

Historias Bíblicas Sobre El Orgullo

El orgullo es el pecado más antiguo del mundo. Como dije al principio de este articulo, Satanás se rebeló por orgullo. Pero hay muchas historias en la Biblia sobre individuos orgullosos, aquí hay solo algunas. 

La Torre de Babel (Génesis 11:1-9)

Las personas que construyeron la Torre de Babel lo hicieron por orgullo. Cegados como Eva, pensaron que podían llegar hasta el Cielo y ser poderosos como Dios. Esto no es un asunto menor. ¡Estos fueron humanos insignificantes que trataron de ponerse al mismo nivel que Dios! Bueno, la confusión de lenguas fue la buena gracia de Dios que en lugar de aniquilar a la humanidad simplemente los dispersó. ¡Dios es MUY paciente! 

Faraón (Éxodo 5:2)

Por el orgullo y la terquedad de Faraón que se negó a dejar ir a los judíos, trajo las 10 plagas sobre Egipto y la muerte de su hijo. ¡Hay mucho que perder con el orgullo!

Naamán (2 Reyes 5:1-14)

Naamán, capitán de la guardia del rey, tenía lepra. Entonces Dios habló por medio de Eliseo, que sería sanado si se sumergía 7 veces en el Jordán. Pero su orgullo le dijó que eso era humillante, que se merecía algo mejor. Hasta que finalmente obedeció y fue sanado instantáneamente. Naamán perdió dos cosas ese día, su lepra y su orgullo. A veces perder no es algo malo. 

Rey Nabucodonosor (Daniel 4:30-35)

El rey Nabucodonosor era un hombre muy arrogante. Un día miró su reino y admiró todo el trabajo que había hecho. Bueno, el Señor no estaba complacido con su vanagloria, así que lo hizo enloquecer. Durante 7 años vivió en el desierto como un animal. Comiendo hierba salvaje como una bestia y arrastrándose a cuatro patas. Aprendió su lección y alabó a Dios al final.

Reflexión

Me encanta leer sobre los cuáqueros. Evitaron todo orgullo, vestían ropas sencillas, su discurso era poco halagüeño, sus tumbas no estaban marcadas para no hacer ídolos de nadie. Su sencillez de la vida cotidiana promovía la humildad. 

No es necesario convertirse al cuaquerismo para ser humilde, pero podemos aprender mucho de su ejemplo de humildad. El orgullo es un pecado feo que te sanguijuela. Toma y toma, te recompensa con la soledad, la ansiedad, el descontento y te roba la vida eterna. Hay muchas cosas buenas en la vida a las que debemos aferrarnos, el orgullo no es una de ellas. 

El primer paso para volvernos humildes es reconocer nuestro problema con orgullo, la buena noticia es que eso también es lo más difícil de hacer. Si puedes aceptar el orgullo en tu corazón, aceptarás la ayuda del Señor. Segundo, debe arrepentirse por completo ( Juan 8:11).

Mira a Jesús como tu ejemplo. Jesús, siendo el HIJO DE DIOS, nació en un pesebre, hizo muebles para sustentarse, no llevó nada consigo en sus viajes, no se defendió cuando lo acusaron falsamente y murió de una manera muy humillante. Si Él, siendo Dios encarnado, puede humillarse de esa manera, ¿cuánto más deberíamos hacerlo nosotros? ¿Cuánto menos se nos debe? 

No tenemos nada que perder excepto el orgullo mismo.

English Version- Pride: The Sin That Destroys Everything

Evelyn Fonseca

Christian millennial, writer, editor, introvert, lover of languages, and full-time bibliophile. My mission is to tell the whole world about the love of Christ and that apart from Him there is no hope.

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